(COVID-19) Latinoamérica

Janine Trainor
Fronteras de la Noticia – BBC

El 26 de febrero, cuando la epidemia de coronavirus ya había hecho estragos en China y se expandía por Europa, llegó también a América Latina con un primer caso en Brasil. El 7 de marzo, Argentina registró la primera muerte por Covid-19 en la región.

Cada gobierno utilizó diferentes tácticas. Desde las más restrictivas, como la del presidente salvadoreño Nayib Bukele que fue el primero en cerrar las fronteras aún cuando en su país no había ningún caso, a las más despreocupadas como la que aplicó el régimen de Daniel Ortega en Nicaragua, que se vanaglorió de que permancería con las fronteras totalmente abiertas y organizó una marcha contra el coronavirus cuando ya la Organización Mundial de la Salud recomendaba suspender las reuniones masivas. Con tácticas opuestas, ambos países fueron los últimos en registrar -el 18 de marzo- su primer caso de coronavirus.

Ya no hay ningún país de la región libre de la pandemia. El avance de la enfermedad es implacable, aunque a diferentes velocidades y en diferentes magnitudes. La carencia de testeos sistemáticos y distribuidos en todo el territorio de los países latinoamericanos hace que los casos que se confirman fluctúen mucho cada día. Un día sin ningún caso nuevo positivo puede ser simplemente un día en que no se realizaron tests. Así y todo, hay curvas que se están empinando o que tienen rebotes cada vez más altos.

Una de las carreras que se está librando en el mundo es por “aplanar la curva” de casos: que los nuevos conta-gios se extiendan en el tiempo en cantidades constan-tes o decrecientes y no crezcan rápidamente colapsan-do los servicios de salud.

Brasil, donde el presidente Jair Bolsonaro minimizó durante semanas la enfermedad y se mostró abrazando a sus simpatizantes cuando ya el brote había comenzado, es el país más afectado de la región. Alcanzó su récord hasta ahora cuando se conocieron 249 nuevos casos, llevando el total afectados en el país a 621. En ese número se incluyen un total de 17 funcionarios -entre ministros, legisladores y asesores- que acompañaron a Bolsonaro a un gira por Estados Unidos. El propio presidente debió someterse al test, aunque informó que el resultado fue negativo. Seis personas murieron por complicaciones derivadas del Covid-19.

Chile también tuvo su día récord al conocerse 103 nuevos casos, llevando el total a 342. El gobierno de Piñera anunció un monumental plan de 11.750 millones dólares para atender la contingencia y sus consecuencias económicas y los partidos políticos acordaron posponer para octubre el referéndum previsto para abril sobre la reforma constitucional.

Ecuador es otro de los países donde parece haberse dispa-rado el contagio, con 53 casos confirmados el miércoles y otros 88 el jueves.

Argentina fue el país que reportó la primera muerte en América Latina por covid-19 el pasado 7 de marzo. Se autorizó una licencia excepcional para los trabajadores públicos y privados que volvieran de zonas infectadas con el nuevo coronavirus para que se aíslen en sus casas por 14 días. Y se le dio licencia especial a los mayores de 60 años y personas con problemas de salud preexistentes. Una semana más tarde, el presidente de Argentina, Alberto Fernández, pidió a los argentinos que se queden en sus casas hasta el 31 de marzo. El 20 de marzo la cuarentena se volvió obligatoria, con penas para quienes no la cumplan.

En Bolivia la presidenta interina, Jeanine Áñez, declaró la “emergencia nacional” y anunció que desde el 19 de marzo el país cerró sus fronteras y, desde el 20, quedaron suspendidos los vuelos internacionales. Miles de militares y policías vigilan las calles de las principales ciudades del país para hacer cumplir el toque de queda. Antes de la decisión del gobierno de Áñez, los departamentos de Potosí, Chuquisaca, Cochabamba y Oruro se habían declarado ya en cuarentena hasta el 31 de marzo. Tarija también adoptó acciones especiales como parte de un aislamiento.

El 12 de marzo el gobierno declaró emergencia nacional y suspendió las clases en todos los niveles hasta fin de mes.

Colombia es uno de los países más afectados de la región por la caída de las bolsas internacionales, por lo que Duque dio a conocer iniciativas de reducir impuestos y facilitar créditos a empresas de turismo y aviación, especialmente afectadas.

En Costa Rica el presidente, Carlos Alvarado, y el ministro de Salud, Daniel Salas, ordenaron el pasado 12 de marzo el cierre preventivo de centros educativos en riesgo durante al menos 14 días hábiles, la reducción en 50% del aforo de espacios de reunión pública y la suspensión de viajes al extranjero para empleados públicos.

En días posteriores, las autoridades sanitarias endurecieron las medidas, ordenando el cierre de bares, casinos, discotecas, cines y teatros, y estableciendo que el campeonato de fútbol local se juegue a puertas cerradas. En Cuba no se han suspendido los vuelos (el turismo internacional es una de sus principales fuentes de ingreso de la isla), el director nacional de Epidemiología del Ministerio de Salud Pública, Francisco Durán García, dijo que “se ha extremado la vigilancia sobre los viajeros procedentes de China, Italia, Irán, Japón y Corea del Sur, Estados Unidos, Francia y Alemania”, según el portal Cuba Debate.

El miércoles 18 de marzo, El Salvador reportó su primer caso de coronavirus, pese a las tempranas medidas de cerrar las fronteras y decretar la alerta roja por parte del gobierno de Nayib Bukele.

El 11 de marzo, Bukele declaró una cuarentena nacional por 21 días, durante la que se suspenden las clases, se prohíbe el ingreso de los extranjeros al país y las aglomeraciones de personas en conciertos o eventos deportivos. El 16 de marzo, en Guatemala, un día después de reportar la primera muerte a causa del covid-19 en el país, el presidente Alejandro Giammattei anunció la prohibición del ingreso de extranjeros por dos semanas.

El gobierno de Homduras anunció el cierre de todas sus fronteras al tránsito de personas desde el 16 de marzo. Así, amplió la restricción que desde el 12 de marzo afectaba a viajeros procedentes de países “con alta incidencia” de covid-19. Los hondureños que provengan de estos países deberán permanecer en cuarentena domiciliaria por 14 días.

A pesar de haber registrado ya nueve muerte a causa del coronavirus, México es uno de los países de la región que menos restricciones ha impuesto para frenar la pan-demia. Las autoridades sanitarias federales propusieron una “Jornada de Sana Distancia”, del 23 de marzo al 19 de abril, donde se suspenderán actividades no esencia-les y se reprogramarán eventos masivos. Hasta ahora, se descarta la suspensión de transporte público. Nicaragua es de los últimos países en registrar casos confirmados de coronavirus en su territorio.

El gobierno de Panamá, Laurentino Cortizo, anunció que restringió el ingreso al país de extranjeros a partir del lunes 16 de marzo y suspendió los vuelos interna-cionales por 30 días. se decretó el cierre temporal de los establecimientos comerciales en todo el país, excepto supermercados, farmacias, centros médicos y estable-cimientos para la venta de productos de salud, así como de combustible y alimentos. La medida aplica para los centros comerciales.

Paraguay anunció el cierre parcial de sus fronteras, clausurando ocho puntos de entrada al país a partir del 16 de marzo, para poder aumentar los controles contra el coronavirus.

Perú fue el primer país de la región en decretar una cua-rentena general obligatoria, el 15 de marzo. El presi-dente Martín Vizcarra también ordenó el cierre de sus fronteras durante un lapso de 15 días.

República Dominicana estableció el 20 de marzo el to-que de queda en todo el país desde las 20.00 horas hasta las 6.00, hasta viernes 3 de abril.

Dos países que en los que se conocieron los primeros casos esta semana pasaron rápidamente a sumar de a decenas: Venezuela, donde ya son 42 los contagiados según los datos oficiales y Uruguay, donde ya suman 94.

A esta altura, la mayoría de los países del continente ha tomado fuertes medidas para restringir los viajes y mo-vimientos de personas, tratando de frenar la expansión de la pandemia y que los números de contagiados no se comiencen a contar por miles como en Europa.